Vuelta a la rutina

Ya se han terminado las fiestas navideñas, mañana vuelve el peque al cole y todo vuelve a la normalidad.

Han sido 18 días en los que el enano ha estado en casa pegadito a mí como una lapa, apenas nos hemos separado una o dos horas algún día suelto para hacer algún recado, el resto del día estaba conmigo.

He tenido que trabajar con él sentado a mi lado, algunas noches en las que papá se ha ido de cena él se ha venido a dormir conmigo, hemos comido juntos todos los días, visto la tele, hecho actividades tanto dentro como fuera de casa, hemos ido al teatro, a revisiones médicas, hemos jugado, reído a carcajadas, hemos ido a cenas/comidas navideñas...

Al principio cuando veía en el horizonte estos días y la intensidad con la que íbamos a vivirlos pensaba que se me iban a hacer eternos pero se han pasado en un suspiro y eso que, como os digo, no he tenido tiempo para mi, ni siquiera, un triste minuto.

Esta semana va a ser de adaptación porque los horarios se han trastocado, se acuesta mucho más tarde y se está despertando también muy tarde, la hora de la comida se ha retrasado... lo que son horarios de vacaciones en definitiva, y toca ajustarlos otra vez.

Mañana se que va a ser duro para los dos y más teniendo en cuenta que toca irme al hospital muy temprano a hacerme la curva larga de la glucosa y al peque le llevarán al cole sus abuelos.

Le voy a echar mucho de menos porque aunque sea muy intenso, más cansado y difícil para trabajar tenerle al lado es lo mejor de mi vida, porque en estos 18 días no me han faltado besos, mimos y abrazos y porque sus conversaciones son cada vez más divertidas... ahora toca sacar todo el jugo a los fines de semana.

¡Volvemos a la rutina!